
Cuando tienes algún nivel de hipoacusia, lo más probable es que para resolverlo debas utilizar audífonos para la sordera. Estos dispositivos pueden ser de diversos tipos, pero en todos los casos se insertan en el canal auditivo.
Por tanto, es muy importante que mantengas una adecuada higiene de tus audífonos a fin de garantizar su buen funcionamiento. Además, si no mantienes una buena limpieza de los dispositivos, pueden llegar a ser fuente de infecciones auditivas.
Para garantizar que tus audífonos estén siempre limpios es muy importante que hagas un mantenimiento regular y los manipules con cuidado. Lo mejor es que pidas consejo a tu audiólogo sobre la forma correcta de limpiarlos, pero para hacértelo más sencillo te traigo algunos tips para su higiene.
1. Limpieza del molde
Esta suele ser la parte de los audífonos que está más expuesta a la suciedad, particularmente en los de tipo intraauricular, porque se están totalmente inmersos en el canal auditivo. Para limpiar el molde, lo mejor es utilizar un spray especial y toallitas húmedas.
Antes de iniciar la limpieza recuerda que debes lavar muy bien tus manos y secarlas para que no lleven humedad al equipo, siendo conveniente que uses guantes. Asimismo, apoya los audífonos en una superficie firme y blanda, para evitar que se dañen o extravíen si se te llegan a caer durante la manipulación.
Para la parte exterior, utiliza el cepillo especial para audífonos que tiene cerdas muy suaves y pásalo sin aplicar presión por el molde, el cual debes colocar boca abajo. Esto ayuda a eliminar el cerumen que pueda estar acumulado y es conveniente hacer este mantenimiento todos los días.
Todas estas herramientas especiales las puedes conseguir con tu técnico en audiometría, quien además te dará las indicaciones para mantener la higiene de tus audífonos. Esto es importante porque cada tipo de dispositivo tiene una forma distinta de limpiarse sin que se vea afectado su funcionamiento.
Asimismo, una vez por semana deberías realizar una limpieza más profunda de tu dispositivo, utilizando pastillas efervescentes. En este caso, se debe hacer utilizando un recipiente especial con filtro, donde se coloca el molde antes de sumergirlo y que no sufra daños.
2. Limpieza y cambio del filtro
En los audífonos que van colocados directamente en el canal auricular es frecuente la presencia de un filtro anti cerumen. Esto porque en esta zona el cerumen se produce de forma natural y suele acumularse en el dispositivo, afectando su buen funcionamiento.
Para mantener una adecuada higiene de tus audífonos es necesario que limpies bien la zona del filtro y elimines cualquier residuo de cerumen. La limpieza se debe hacer colocando los audífonos boca abajo y pasando el cepillo por el filtro hasta que salgan todos los restos.
Por otra parte, es muy importante cambiar el filtro con frecuencia, siendo recomendable hacerlo cada dos meses. No obstante, si produces mucho cerumen es mejor hacerlo cada mes, para evitar que queden residuos en el filtro y afecte tus oídos y el funcionamiento del equipo.
Al momento de cambiar los filtros, lo mejor es acudir al técnico porque se deben utilizar algunas herramientas especiales. Para garantizar una limpieza profesional del filtro y los otros componentes de los audífonos, puedes acudir a los especialistas de Audicostaudifonos, que tienen a tu disposición diversos tipos de estos dispositivos.
3. Eliminar la humedad
Uno de los principales problemas que se presentan con los audífonos es que se ven afectados por la humedad producida por tu sudor. Asimismo, pueden sufrir daños por la lluvia y otras fuentes de humedad a las que puedan ser expuestos.
Una de las primeras cosas que siempre debes recordar es que los audífonos no pueden ser sumergidos en ningún tipo de líquido. Además, los debes retirar cada vez que vas a bañarte y antes de ir a la playa o la piscina.
Otro cuidado que debes tener para mantener una buena higiene y el adecuado funcionamiento, es nunca colocarte sprays y/o lacas en el pelo cuando los tienes colocados. Sin embargo, a pesar de esos cuidados, los audífonos pueden humedecerse con frecuencia.
Esta humedad se debe eliminar, no solo porque puede dañar las piezas electrónicas, sino porque promueve el desarrollo de patógenos. Lo más conveniente es que cuentes con deshumidificador especial para audífonos y coloques tu equipo al menos por tres horas cada día.
En caso de no contar con este, te recomiendo que dejes abierto el envase donde los almacenas para permitir la aireación. Si los audífonos muestran mucha humedad, puedes secar la superficie con un paño suave y sumergirlos en granos de arroz secos por varias horas.
4. No someterlos a temperaturas extremas
Los audífonos son equipos electrónicos que cuentan con piezas delicadas, por lo que no debes someterlos a condiciones ambientales extremas. Por ejemplo, nunca coloques tu dispositivo cerca de una fuente de calor o los dejes dentro de la guantera del automóvil.
Además, dependiendo de la temperatura, si los audífonos están húmedos se pueden desarrollar hongos. Y si no has hecho una limpieza adecuada, esto puede llevar a que desarrolles algún tipo de infección que podría llevar a agudizar tu problema de hipoacusia.
Tampoco conviene que utilices fuentes de calor como el secador de mano para eliminar la humedad, porque si no controlas la temperatura puedes dañar piezas. Asimismo, tampoco es conveniente que tus audífonos queden sometidos durante mucho tiempo a temperaturas muy bajas, porque pueden sufrir daños y no permitirte escuchar adecuadamente.
5. Cuidados de almacenamiento
Los audífonos para sordera suelen ser dispositivos pequeños, que se deben guardar en los estuches especiales para esto. Nunca los dejes expuestos sobre una mesa o en un cajón, porque van a acumular polvo con mucha facilidad.
Además, se pueden extraviar o dañarse si son aplastados y/presionados con fuerza y siempre debes colocarlos sobre una superficie blanda si requieres manipularlos. Dentro de los estuches, los audífonos estarán protegidos y se mantendrán limpios hasta que vuelvas a utilizarlos.